Las tradiciones romanas
La cocina romana originaria tiene un origen popular y por ello utiliza, sobre todo, ingredientes simples.
Sucesivamente se ha ido enriqueciendo con recetas importadas de las tradiciones de las civilizaciones que a lo largo de los siglos han residido en el territorio de Roma y alrededores.
A menudo sus platos son rápidos y cocinados con bastante grasa, lo que los hace muy sabrosos. Algunas de las recetas típicas romanas más famosas, como los “ricatoni alla pajata” (macarrones con intestino de lechal) o la “coda alla vaccinara” (cola de buey asada) encuentran su origen en la necesidad que tenían los carniceros de no desperdiciar ninguna parte del animal.
Los romanos prefieren las carnes de ave y el cabrito lechal y como ejemplo de ello se puede citar el famoso plato “pollo con pimientos” cocinado a menudo con ocasión de la Asunción de la Virgen (el día 15 de Agosto), o el igualmente conocido “Abbacchio allo scottadito” (costillitas de cordero asadas que se comen con las manos y, por lo tanto, “scotandosi” o quemándose los dedos), que se acompañan con “puntarelle con acciughe” (acichoria de Galatina con anchoas) o con alcachofas “a la judía”.
Con la leche que se produce en la campiña romana se prepara un queso muy sabroso conocido con el nombre de “pecorino romano” (pues está elaborado con leche de oveja), que se suele comer con habas.
Para terminar, no se pueden olvidar los postres: el bollo relleno de nata o las “frappe” (cintas dulces de carnaval) y las “castagnole”(buñuelos), típicos de carnaval.