¿Tenéis sólo dos días para visitar Roma? Pues os proponemos un itinerario emocionante e interesante para que, en poco tiempo, podáis conocer las principales e imprescindibles atracciones de la Ciudad.
Primer día
San Pietro – Castel Sant’Angelo – Piazza Navona – Pantheon – Piazza di Spagna
La Ciudad del Vaticano
Al llegar al Vaticano, lo que más impresiona y sorprende es la extensión de la Plaza San Pedro. La plaza, rodeada por la espléndida columnata de cuatro filas proyectada por Gian Lorenzo Bernini, se halla frente a la Basílica homónima. Una vez superada la amplia escalinata a tres niveles – también de Bernini – y ya dentro de la Basílica, la sensación dominante pasa a ser la admiración que se siente frente a la grandiosidad y la riqueza de la iglesia más grande del mundo y símbolo del Cristianismo: 22.000 metros cuadrados de superficie total; una cúpula de 42 metros de diámetro, ideada por Miguel Ángel; 135 metros de altura total; y 330 peldaños que conducen a la cúpula, desde la se disfruta de una vista magnífica de la Plaza y de la Ciudad. En su interior pueden admirarse numerosas obras maestras: el majestuoso baldaquín de bronce de 29 metros de altura, realizado por Bernini; “La Piedad” de Miguel Ángel; la “Tumba de Clemente XIII”, de Canova; y el mosaico de la “Navicella”, de Giotto, situado en la parte superior de la entrada mediana del pórtico. Asimismo, los Museos Vaticanos exponen numerosas obras, sobre todo pictóricas, de los Maestros más ilustres de todas las épocas. Imprescindible la visita a la Capilla Sixtina, uno de los símbolos de la pintura italiana.
Castel Sant’ Angelo (Castillo del Santo Ángel)
Desde la Basílica de San Pedro puede recorrerse, a pie, toda la Via della Conciliazione y llegar a la segunda etapa de nuestro itinerario: Castel Sant’Angelo, que hospeda el homónimo Museo Nacional. En él pueden admirarse, además de numerosos estucos, frescos y objetos decorativos que adornan los diferentes Apartamentos Papales, una importante colección de armas antiguas. Castel Sant’Angelo también es muy popular entre los amantes de la ópera lírica, puesto que desde su famosa terraza, la misma desde la que puede admirarse un espléndido panorama del centro histórico de Roma, se suicidó, tirándose al vacío, Tosca: la protagonista de la ópera de Giacomo Puccini.
Plaza Navona
Si se atraviesa el Tíber por el Puente Sant’Angelo y se prosigue hacia la izquierda, se llega a la Plaza Navona. Vista desde arriba, la plaza tiene la forma de una arena ya que fue construida sobre el antiguo Estadio de Domiciano, cuyos restos pueden admirarse en la adyacente iglesia de Sant’Agnese in Agone, ideada por el magnífico arquitecto Francesco Borromini. En la plaza pueden admirarse tres fuentes: la Fuente del Moro, la Fuente de Neptuno y la más importante de ellas, situada en el centro, conocida como la Fuente de los Ríos (el Nilo, el Ganges, el Danubio y el Río de la Plata) esculpida por Gian Lorenzo Bernini. Siguiendo una arraigada tradición, la plaza se llena de kioscos de juguetes y de golosinas desde los primeros días de diciembre hasta el día de la Epifanía.
Nociones históricas:
Hacia el año 86, Domiciano hizo construir un estadio sobre el antiguo anfiteatro del imperio de Nerón; la plaza fue durante años escenario de juegos, torneos y procesiones; desde el siglo XVII hasta el siglo XIX la plaza venía inundada para poder realizar desfiles de las barcas de príncipes y prelados, que incluían fuegos artificiales.
Pantheon
El Pantheon es un ejemplo magistral de los extraordinarios logros arquitectónicos obtenidos en la antigua Roma. Su estructura simple y armoniosa es el resultado de la introducción de una esfera en un cilindro, ya que la altura máxima del edificio es igual a su diámetro.
En su interior se albergan las tumbas de artistas importantes, como por ejemplo la de Raffaelo; y las de los soberanos del Reino de Italia. Frente al Pantheon se halla la Piazza della Rotonda, en cuyo centro se encuentra la fuente ideada por G. Della Porta.
Piazza di Spagna (Plaza de España)
Famosa por su escalinata, obra de Francesco de Sanctis (1723-26) y por su fuente con forma de barca semihundida en el agua y conocida con el nombre de “La Barcaccia” (ideada en 1629 por Pietro Bernini y su hijo, Gian Lorenzo), la Plaza de España es un punto de encuentro para romanos y turistas. En la cúspide de la escalinata se encuentran la Iglesia de la Trinidad de los Montes – realizada por encargo del Rey Luis XII de Francia en 1502 – y, a mano izquierda, la Villa Mecidi en el Pincio, actual sede de la Academia de Francia. La Plaza de España es el punto de inicio de las calles que albergan las boutiques de moda de los estilistas más famosos del mundo, y de algunos lugares y locales íntimamente ligados a la historia y la cultura de esta Ciudad, como por ejemplo el Café Greco de Via dei Condotti.
Segundo día
Colosseo – Fori – Campidoglio
El Coliseo
Debe su nombre a que en las adyacencias había una antigua estatua colosal de bronce, de más de 35 metros de altura, que representaba al Emperador Nerón. El Coliseo, símbolo de Roma en todo el mundo, fue construido por los emperadores de la dinastía Flavio entre los años 72 y 80 d.C., sobre el lugar que había ocupado el lago artificial de la Domus Aurea, un enorme conjunto de edificios y jardines construidos por Nerón como residencia privada, de los que sólo han perdurado algunos restos con decoraciones que inspiraron a los pintores renacentistas. Para construir el mayor anfiteatro jamás edificado en el Imperio Romano, se usaron 100.000 m3 de mármol travertino procedente de las canteras de Tívoli. El Coliseo tenía un aforo de 70.000 espectadores, que asistían a combates entre gladiadores, a cazas de animales salvajes y, al principio, incluso a naumaquias: la arena se llenaba de agua, transformándose en un lago artificial. Se narra que el arquitecto que proyectó el Coliseo obtuvo, como “recompensa” por su labor, que le echaran vivo a la arena entre las fieras, inaugurando así la larga tradición de sangre y crueldad que distingue el monumento que él mismo creó. Durante la Edad Media se transformó en fortaleza; luego, despojado de su estructura y decoración, se convirtió en una cantera de materiales de construcción; también fue sede de hospitales, de confraternidades y de gremios de artesanos. Hacia la mitad del siglo XVIII, cuando el Coliseo fue consagrado por el Pontífice Benedicto XIV, se dio por concluido el período de devastación y saqueo del monumento.
Los Foros
El Foro Romano es el área arqueológica más importante de Roma y se extiende desde el Capitolio hasta el Palatino. Ya durante el siglo VII a.C. en él se celebraban actos políticos, religiosos y comerciales. Al primer Foro Romano se le fueron añadiendo sucesivamente los Foros Imperiales: el Foro de César, el Foro de Augusto, el Foro de Nerva, el Foro de Vespasiano y el más imponente de todos, el Foro de Trajano, del que aún pueden admirarse su Columna y sus Mercados.
Capitolio
Desde los orígenes de la Ciudad, esta famosa colina ha albergado los edificios del poder y ha sido escenario de solemnes celebraciones públicas. A la Plaza del Capitolio, concebida por Miguel Ángel, se asoman tres edificios: el central, llamado Palacio Senatorio, sede de la administración municipal; y los dos laterales: el Palacio de los Conservadores y el Palacio Nuevo, donde se exponen los espléndidos tesoros de los Museos Capitolinos. En su Pinacoteca se pueden admirar más de 200 obras realizadas por los mejores Maestros de los siglos XIV a XVIII: Tiziano, Pietro de Cortona, Caravaggio, el Guercino, Rubens, etc. En el centro de la plaza se yergue majestuosa la copia de la estatua de bronce de Marco Aurelio, cuyo original sobrevivió a la destrucción porque se pensaba que representase al Emperador cristiano Constantino. Su basamento fue realizado por Miguel Ángel y la obra original puede visitarse en los Museos adyacentes.
Un pasaje abierto recientemente al público une la Plaza del Capitolio a las Terrazas del “Vittoriano”, desde las que se puede disfrutar de una maravillosa vista a 360º de la Ciudad. El “Vittoriano” o Monumento a Victorio Emmanuel II, primer Rey de Italia, es accesible externa e internamente (Sagrario de las Banderas, Museo del Resurgimiento) y la visita a sus salas es gratuita. El complejo monumental fue inaugurado en 1.911 con ocasión del primer cincuentenario de la Unidad de Italia y, desde 1.921, alberga la salma del Soldado Desconocido